hace 4 años
¿Tengo
que ser sumamente flexible para iniciar la práctica de Yoga?
Bueno, la respuesta corta es que no, pero es
un punto interesante que vale la pena explorar un poco más a fondo.
En general, cuando alguien nos menciona la
palabra Yoga, la mayoría de las personas llevaremos a nuestra mente la imagen
de una persona en una complicada postura que desafía los límites naturales de
la flexibilidad humana, en ocasiones, posiciones que básicamente son
contorsiones que únicamente encontramos en el Cirque du soleil o en algunas
artes marciales.
La mercadotecnia general del yoga nos ha hecho
pensar, que el yoga es sinónimo de flexibilidad, hasta el punto en que incluso
algunos entrenadores o preparadores físicos, e incluso médicos, recomiendan el
yoga como una técnica física para aumentar nuestra flexibilidad, pero, ¿esto es
realmente así?
Analicemos pues este asunto de la flexibilidad
y la práctica de Yoga.
Primero que nada, retiremos el elefante en la
habitación, aquellos que ya tienen más experiencia o se han adentrado más en la
práctica del Yoga, sabrán que basándonos en la filosofía del ashtanga yoga de
Patanjali, las posturas o asanas, solo representan una octava parte de las
mismas, y que en realidad la práctica va mucho más allá del ejercicio físico,
esto es totalmente cierto, y por lo tanto, para fines de mejorar el discernimiento
entre estos conceptos, a partir de este punto, cuando nos refiramos a la parte
de las posturas con respecto a la flexibilidad, hablaremos de Yoga asanas, en lugar de usar
únicamente el término Yoga que abarca más esferas del ser humano.
Bien, entonces, cuando la gente piensa en Yoga
asanas, es casi inevitable que piense en posturas muy llamativas y popularmente
utilizadas en redes sociales para llamar la atención, diganse la postura de
paloma, hanumanasana, algún tipo de arco como puede ser la postura de escorpión
o el arco viendo hacia arriba, etc.
Básicamente, nos muestran un cuerpo que han
desarrollado una gran capacidad de movilidad, gracias a la flexibilidad
aumentada de sus músculos, ligamentos y tendones, y nos pueden vender la idea
de que es gracias a la práctica de las Yoga asanas que lograron esto. Esto sin
embargo, no siempre es así, y lo peor, es que las ideas que a veces generan
estas imágenes, pueden tener un efecto contraproducente cuando lo que queremos
es que las personas se acerquen a la práctica.
¿Qué
piensan las personas cuando ven a una persona con tanta flexibilidad?
Dependerá mucho del punto de tu vida donde te
encuentres, si eres joven o viejo, si eres hombre o mujer, si estás en forma o
no, si tienes buena salud o no. En general, para algunas personas observar este
tipo de contorsiones corporales, puede generar una sensación de motivación,
especialmente para aquellos que son jóvenes o que llevan bastante tiempo
acondicionando su cuerpo en otras disciplinas, puede ser tentadora la idea de
poder hacer lo mismo que el modelo que vemos en las fotografías, lo cual los
puede impulsar a iniciar la práctica de Yoga asanas con esa imágen en mente, lo
cual no es algo inherentemente malo, especialmente si sus instructores estan
excelentemente preparados en anatomía, biomecánica y entrenamiento físico,
llamaremos a este primer grupo: Los
motivados por la flexibilidad.
También, existe un segundo grupo, bastante más
común, que se siente asustado al observar este tipo de posiciones, especialmente
si ya tienen alguna lesión o condición que les dificulte su movilidad normal,
en cuyo caso, se forma una idea opuesta al grupo anterior, en lugar de haber
motivación surge la famosa frase “El yoga no es para mi porque no soy
suficientemente flexible”, lo cual deja ver que estas personas piensan que ya
debes ser sumamente flexible para empezar la práctica de Yoga asanas, porque el
objetivo de la misma es entrar en ese tipo de posturas, lo cual, puede hacer
que estas personas se alejen de todo lo relacionado a la práctica, a este grupo
lo llamaremos: Los desmotivados por la
flexibilidad.
Esto pone en perspectiva lo que una simple
imagen puede despertar en diferentes grupos de personas, lo cual, no es bueno
ni malo, pero es interesante tomarlo en cuenta cuando analizamos esta
situación.
¿Tienes
que ser sumamente flexible para practicar Yoga asanas?
Nuevamente, retomando la idea del grupo
desmotivado por la flexibilidad, muchas personas piensan que uno debe ser
sumamente flexible para empezar la práctica, esto debido a que las únicas
imágenes o contacto que han tenido con las yoga asanas, tiende a ser bajo esta
lupa.
La realidad es que, para empezar, las yoga
asanas pueden tener diferentes objetivos, y por lo tanto, diferentes
requerimientos previos, esto depende mucho del estilo, la preparación y
conocimiento del instructor, y los objetivos particulares de cada estudiante,
dentro de estos objetivos alguno de ellos puede ser aumentar la flexibilidad, y
otro puede ser llevar la flexibilidad al máximo límite posible.
Recordemos que las yoga asanas han tenido una
gran evolución a lo largo de los años, y no son este concepto ancestral que de
repente nos comparten, donde cada postura tiene miles de años de ser practicada
e implementada, análisis recientes de algunos historiadores, han encontrado que
mucho de lo que conocemos hoy en día como las posturas de yoga, tienen menos de
100 años de haberse empezado a utilizar, y que en su momento, Krishnamacharya y
sus alumnos, adoptaron muchos ejercicios de calistenia inglesa y contorsionismo
ruso a su práctica física, poniéndoles nombre en sánscrito y posteriormente
popularizándolos como las posturas que tenemos hoy en día.
El objetivo de las yoga asanas cambia
dependiendo del profesor, aunque todas tienen como objetivo principal el
fortalecer al cuerpo y conectarlo totalmente con la mente para formar una
“unión” entre ambos, también es cierto que cada escuela le da una importancia o
finalidad distinta, para algunos, llevar el cuerpo al límite, ignorando el
dolor, es una vía hacia la “iluminación”, para otros, el respetar el movimiento
y la posición del cuerpo nos lleva a la salud y a la conciencia, para otros, el
objetivo es tener una figura más esbelta, todos los objetivos son válidos, lo
importante, es ser conscientes de cuál es el nuestro para saber si va de
acuerdo con el objetivo del estilo que estamos practicando.
Para cerrar este punto, esto básicamente
quiere decir, que la práctica de Yoga asanas puede ser perfectamente adaptada a
las necesidades y cualidades de cada estudiante, siempre y cuando el instructor
tenga la integridad y el conocimiento para poder reconocer los alcances y
límites de su estilo, esto nos lleva a entender, que no es necesario ser
sumamente flexible para poder iniciar la práctica de Yoga asanas, e incluso, la
práctica adecuada, puede ayudarte a mejorar tu movilidad y flexibilidad en caso
de que estas estén limitadas.
La
hiperflexibilidad o hiperlaxitud articular
Esto no quiere decir que no existan personas
que de manera natural si poseen bastante más flexibilidad que una persona
normal, y esto existe en un gran abanico de manifestaciones, desde aquellos que
simplemente tienen un poco más de flexibilidad en algunas articulaciones, hasta
aquellos que poseen síndromes que afectan la flexibilidad del colágeno de su
cuerpo, como el síndrome de marfan o de Ehler Dharlos.
En ambos casos, tiende a ocurrir algo
interesante, estas personas, ya son naturalmente flexibles, y cuando acceden
por primera vez a una clase de yoga asanas, tienden a notar que las posiciones
que requieren de flexibilidad, son sumamente accesibles y fáciles para ellas,
en ocasiones, y sin necesidad de una preparación o entrenamiento previos,
pueden alcanzar posiciones como los splits completos, o impresionantes arcos
hacia atrás donde prácticamente se tocan la nuca con los talones.
Esto tienden a hacer que algunos profesores,
que no lo hacen de forma malintencionada cabe señalar, utilicen a estos alumnos
como “ejemplo” para los demás, colocándolos en diferentes posiciones que
rebasan en muchos casos los rangos normales de movimiento de cada articulación,
y elogiando la capacidad de hacerlo.
Esto por sí mismo no es algo malo, pero si
habla de un problema más importante dentro de la preparación de los
instructores, la idea de que la flexibilidad exagerada es sinónimo de salud.
Los alumnos que poseen rangos de
hiperflexibilidad, es decir, donde sus articulaciones se mueven más allá de los
rangos normales, tienden a tener un problema subyacente que debe ser atendido
en todo entrenamiento físico que realicen: Una
falta de estabilidad articular.
Debido a que sus ligamentos y tendones son más
“sueltos” esto también quiere decir que sus articulaciones tienden a moverse
más fuera de sus zonas seguras, esto con el tiempo puede generar un desgaste en
los cartílagos articulares, existen algunos casos de practicantes de Yoga
asanas de muchos años, que requirieron alguna intervención quirúrgica por no
atender apropiadamente esta condición.
Y si a esta situación, añadimos que muchas
veces, estas personas son del grupo motivado, y entran a la práctica para
estimular aún más su flexibilidad, tenemos una receta para inestabilizar aún
más las articulaciones, especialmente si el estilo o el instructor no tiene las
herramientas o el conocimiento para identificarlo apropiadamente.
Las personas con hiperflexibilidad, deben ser
reconocidas para enseñarles a desarrollar su Fuerza muscular, y que esta, al ir
aumentando, mantenga en su posición, o al menos en una posición más segura, a
sus articulaciones.
Un instructor de yoga con mayor experiencia en
anatomía, biomecánica y conocimiento de estas condiciones, identificará a este
tipo de alumnos, y aunque no forzosamente le impedirá que practique esas
posiciones que son más flexibles y naturales para ellos, también balanceará el
trabajo con ejercicios que fortalezcan y enseñen a mover las articulaciones en
un rango seguro para las mismas.
Algo curioso, es que, normalmente las personas
hiperflexibles, son precisamente las que se toman como modelos de las fotos que
vemos en redes sociales o incluso en los manuales de preparación para
instructores de yoga, debido a lo llamativo de estas posturas, y esto
termina aumentando todavía más la idea
de que únicamente las personas que son así de flexibles son las que pueden
practicar yoga, o en otros casos, que el objetivo del yoga es volverse así de
flexible. Lo cual, en general no es así tampoco.
Renovando
la imagen de las yoga asanas.
Afortunadamente, con el tiempo, hemos visto
cómo ha mejorado tanto la preparación de los instructores, como la creación de
estilos cuyo énfasis es menos físico, o más enfocado solo en la rehabilitación,
prácticas como Iyengar yoga, el yoga Restaurativo, o incluso los estilos
suaves, han empezado a enseñarle a las personas que las yoga asanas, y el yoga
completo, es algo accesible para todos, y que, aunque si tenemos como objetivo
rehabilitar, fortalecer, flexibilizar y en general darle más salud al cuerpo físico,
el yoga va más allá únicamente de las asanas.
De nuevo, esto no quiere decir que las clases
o estilos enfocados en desarrollar más la flexibilidad sean erróneos o malos,
sino que es importante que aprendamos a distinguir qué es lo que nosotros buscamos
en la práctica, y porque lo hacemos, esto último es algo de lo más bonito que
nos ayuda a desarrollar el Yoga, auto-conocimiento, la capacidad de observarnos
y reconocernos a nosotros mismos, tanto en el tapete como en nuestra vida
cotidiana.
Poco a poco podemos empezar a observar y a
compartir, posiciones utilizando apoyos, o en un rango de movimiento, que
aunque no se ve llamativo, es normal y saludable para el cuerpo, esto puede
ayudar a que más personas pierdan este miedo provocado por la idea de que “el
yoga e solo para personas sumamente flexibles”.
Así que la próxima vez que te pregunten si se
debe ser sumamente flexible para iniciar con la práctica de Yoga, podremos
orientarlos preguntándoles: ¿Cuál es tu objetivo?, y guiandolos al estilo o profesor
más adecuado para ellos.
En próximos artículos analizaremos qué es y
cómo se puede desarrollar la flexibilidad en diferentes personas de forma
segura a través de las yoga asanas.
Por: Elías Vázquez
Categoría: Yoga y ciencia
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