Por: Gerson Lozano
“Todo es sufrimiento para el sabio” Patáñjali (Y-S. II, 15) ¿Por qué sufrimos?, ¿puedo ser siempre feliz?, ¿cómo puedo dejar de sufrir? Son preguntas que en los momentos más dolorosos se nos pueden presentar, ¿quién no ha deseado con todas sus fuerzas alejar ese dolor?, tener el poder de simplemente dejar de sentir en ese momento. El dolor es algo universal, si de algo tendríamos que ser todos hermanos sería por el dolor, pues no hay humano en la tierra que no haya experimentado dolor. Las filosofías de la India relatan acerca de este dolor, y lo más importante el cómo liberarse del sufrimiento universal. Nos enfocaremos en dos vías muy similares las cuales son el Yoga clásico de Patañjali y el Sāṃkhya.
“El cuerpo es sufrimiento, porque es la morada del dolor; los sentido, los objetos, las percepciones son sufrimiento, porque conducen al sufrimiento; hasta el placer es un sufrimiento, porque después de este vuelve al sufrimiento” (Aniruddha, comentario sobre el Sāṃkhya-Sutra, II, 1). Todo este sufrimiento se le debe de atribuir a la ignorancia, a una ignorancia en específico que es la del espíritu. Pues muchas veces llegamos a creer que los sentimientos, las experiencias, fenómenos mentales, el conectar con la naturaleza y demás es el verdadero púrusha o ātman (espíritu), cuando en realidad estas son solo ilusiones, entiéndase por ilusión la idea de creer que eso es el espíritu y no que la realidad material sea una ilusión como lo expresa el Vedānta. Para el Sāṃkhya y el Yoga el mundo es real, pero aun siendo real la representación del mundo es creada por la ignorancia y no es hasta que la ignorancia sea abolida cuando el sufrimiento se esfume, para lograr la abolición de la ignorancia es necesario el conocimiento del espíritu en revelación del si-mismo.
Adjudicar atributos y o cualquier relación al espíritu es un error, según ambos dárshana lo que puede afirmarse de púrusha es que es el conocedor. Nuestro apego con el universo, la identificación con la naturaleza cósmica es fuente de sufrimiento. ¡Neti!, ¡neti!, exclama el sabio de las Upanishads: “¡Tú no eres esto!, ¡tú tampoco eres aquello! Pues el púrusha no tiene relación con la prákrti, todo aquel atributo que se haga sobre el espíritu relacionado con alguna forma material será ignorancia del simismo, pues ni la mente en su estado de luminosidad sattva nos puede manifestar el conocimiento del si-mismo.
Entre el pensamiento, las emociones, un pájaro y una roca solo existen diferencias de nivel, pero no podemos decir lo mismo sobre púrusha y prákrti pues su diferencia es ontológica, no hay una relación entre ambas pues pertenecen a realidades diferentes, son contrarios como lo es la vida y la muerte. Es muy comprensible que podamos llegar muchas veces a confundirnos sobre el conocimiento del espíritu, sobre todo en ocasiones de una experiencia de mucha felicidad, o en experiencias de plenitud las cuales nos hacen sentir conectados con nosotros mismos, pero estas solo son eso, experiencias, si nosotros decimos ahora soy feliz, significa que antes no lo éramos y no lo seremos después, el si-mismo no es una experiencia, no es un instante en el tiempo, es un estado de revelación sobre su propia esencia, pues ahora tú eres el espíritu libre y eterno.
Uno podría esperar que las cosas no fueran de esta manera, sin embargo la esperanza no es bienvenida por el Sāṃkhya pues esta solo prolonga y puede empeorar el sufrimiento. “pues la esperanza es la mayor tortura que existe y la desesperanza la gran felicidad” (Mahābhārata, citado por el veantin Mahadeva en su comentario a S-S, IV, 11). Tener esperanza podría perjudicar más la miseria pues no por esperar algo significa que ha de pasar, y todos sabemos que las cosas nunca pasan como uno planea, no hay que poner nuestra estabilidad en ilusiones y suposiciones pues no son más que eso, no se busca el resultado de ninguna acción pues se debe hacer la acción con el fin en sí misma.
El ser humano no es el único que está dotado por el sufrimiento, pues el sufrimiento va sujeto a toda “forma” manifestada: ya sea una divinidad o animal, el hecho de existir y estar sujeto al tiempo implica dolor. Sin embargo es comentado que los humanos gozamos de un privilegio que los dioses no pueden y es el trascender el sufrimiento y las fuerzas kármicas.
Todo esto nos puede parecer muy pesimista, el hecho de que existir es sufrimiento, y tendríamos razón si solo se quedara ahí, sin embargo existe una liberación del sufrimiento, una oportunidad de romper el ciclo. ¿Cómo puedo entonces librarme del sufrimiento? Aquí el Sāṃkhya y el Yoga comparten la finalidad pero varían en el método pues el Sāṃkhya afirma que la salvación solo es lograda por el conocimiento metafísico, afirmando que toda actividad por solo el hecho de hacer esfuerzo lleva fuerzas kármicas, siendo incluso la meditación un instrumento indirecto de la liberación. Así pues intenta alcanzar la libración únicamente por gnosis conociendo la esencia de las cosas, mientras que el yoga acepta el análisis de la naturaleza, pero mantiene como único camino la contemplación, la práctica el ascesis y la técnica meditativa pues estas son indispensables para llegar a conocer el si-mismo. Aquí Patañjali en los Yoga-sutra nos deja sus 8 ramas que son: 1. Las contenciones (yama); 2. Las disciplinas (níyama); 3.posiciones del cuerpo (āsana); 4. El ritmo de la respiración (prāṇāyāma); 5. La emancipación de la actividad sensorial (pratyāhāra); 6. La concentración (dhāraṇā); 7. La meditación (dhyāna); 8. El samādhi.
Solo se alcanza la “liberación” del espíritu cuando se revela el conocimiento del simismo, solo así quedara abolido todo sufrimiento. Cuando se refiere a la liberación del espíritu no se refiere a que mi espíritu este encadenado, el espíritu ya es libre, lo que llamas liberación solo es darse cuenta de esa libertad por medio de la revelación que denominamos estado de samādhi. Comprendemos entonces el porqué de nuestra condición, pues nosotros experimentamos el sufrimiento para poder trascenderlo. Buscar la felicidad no es el último fin, pues experimentar esos lados de felicidad y placer traen consigo el cambio y su lado opuesto, ya que basamos nuestro placer en cosas que son efímeras, en ilusiones, y el mismo error se comete cuando tienes en la falsa ilusión de ti, pues tú como un cuerpo y mente estas en estrecha relación con la prákrti, al momento de entrar en este estado donde eres el propio espíritu, toda conciencia queda atrás, pues ya no hay un “yo”(asmita) que crea conocer el si-mismo.
Se podrían hacer varias preguntas sobre la relación entre cuerpo y espíritu, resulta paradójica la relación y no es posible negar que al Sāṃkhya le resulte difícil mantener su postura, diciendo que el púrusha no es esclavo, pues no sabe relacionarse con otras cosas que no sea el mismo. Esta paradoja podría ser uno de los motivos por el cual el Vedānta rechaza la existencia de la realidad considerándola māyā (ilusión) así evitando el conflicto de esta relación.
En nosotros queda hacernos del mejor camino pues nadie más se hará cargo de él.
Habiendo propuesto algunas de las ideas de estas escuelas es nuestra la decisión de
tomar cosas que nos puedan servir, pues hay muchos caminos para llegar a conocerse a
sí mismo, un consejo que te doy es comenzar yendo hacia adentro, pues el verdadero
espíritu se encuentra ahí. Aprende lo que puedas del dolor y trasciéndelo, pues una vez
alcanzado el estado de samādhi todo sufrimiento carecerá de sentido y se te revelara el
verdadero conocimiento del ser.
Bibliografias:
Eliade, M., 1991. jali Y El Yoga s.
Eliade, M. y nchez, A., 2013. cnicas Del Yoga s.
Esta es una pregunta muy interesante que vale
la pena hacernos tanto como practicantes e instructores, ya que puede redefinir
completamente la manera en la que vemos las yoga asanas, y la práctica integral
de Yoga en sí misma.
¿Qué es lo que normalmente pensamos cuando
hablamos de un practicante “avanzado” o de una postura “avanzada”?
No es difícil relacionar este término
únicamente con una persona que puede realizar posturas de balance o de
flexibilidad impresionantes, parados de manos mientras arquean su espalda casi
tocando sus talones con la cabeza. Esto, sin lugar a dudas nos habla de un tipo
de avance y dominio físico que es el fruto de la práctica constante, sin
embargo, ¿esto representa “avanzar” en el yoga?
Si el poder realizar este tipo de movimientos
representará a una persona con una práctica muy avanzada en el yoga, todos los
gimnastas serían ya seres iluminados (y esto no niega que hay algunos con una
conciencia muy desarrollada), pero no forzosamente estamos haciendo practicando
Yoga en estos casos. Ciertamente la práctica de asanas, nos ayuda a desarrollar
una parte de nuestra conciencia física, algunos estilos de yoga asanas incluso
mencionan que se requiere tener un dominio total sobre el cuerpo físico con
esta parte de la práctica.
Pero,
¿es realmente así?
Efectivamente, uno de los objetivos de las
asanas, es ayudarnos a tener mayor conexión con nuestro cuerpo físico, el poder
tener una mejor funcionalidad y salud corporal para que sean un asiento más
apropiado para el entrenamiento mental de la meditación y el desarrollo de la
conciencia.
Si bien, es necesario tener mucha conciencia
corporal para hacer este tipo de posturas “avanzadas”, muchas veces, ignoramos
las bases del yoga, como el ahimsa (compasión) y el satya (honestidad), y por
tratar de alcanzar estas posiciones, podemos terminar no reconociendo nuestros
límites, ignorando el dolor, y en los peores casos, lesionando a nuestro cuerpo
físico.
Finalmente, esto también es una lección que
nos deja la práctica, y tiende a enseñarnos por las malas a poner más atención
a estas señales y conciencia del cuerpo.
Muchos de nosotros, hemos aprendido esta
lección de esta forma, y ciertamente no es la más recomendable para ser
sinceros.
¿Exáctamente
porque es que una postura es avanzada con respecto a otra?
El primer punto para ayudarnos a discernir
mejor esto de las posturas avanzadas, es entender, ¿qué la diferencia de la
postura base? Y para esto, debemos conocer el concepto de las progresiones.
Una progresión
se refiere a cuando un ejercicio o movimiento se vuelve más difícil o exigente
con respecto al anterior, entonces, podríamos decir que cada pequeño cambio que
hagamos con respecto a la necesidad de fuerza o movilidad de algún ejercicio,
ya es más “avanzado” que el movimiento original.
Esto es importante porque eso quiere decir que
no existe una sola postura avanzada, sino que en realidad, existen muchos
niveles en los que podemos avanzar físicamente una posición.
Y aquí es importante entender exactamente en
que estamos avanzando o progresando ese movimiento.
¿Requiere más fuerza para poderse sostener?
¿Requiere más resistencia para poder hacer más
repeticiones?
¿Requiere más flexibilidad para alcanzar la
posición?
¿Requiere más potencia para lograr un
movimiento?
Este ha sido el problema que he visto cuando
se habla de las posturas avanzadas, que se piensa que solo existe 1 variación
avanzada, pero se ignora todas las progresiones que existen entre la postura
inicial y esa, por lo que muchos practicantes literalmente “saltan” hacia estas
posturas para las que su cuerpo puede no estar apropiadamente preparado,
especialmente si no tienen un trasfondo atlético que involucre el desarrollo de
fuerza y flexibilidad.
De esta manera, podemos decir, que aunque
pueda sonar molesto para nuestro Ego, que está tan acostumbrado a una cultura
de competición constante, a veces, avanzar
en el Yoga representa el simple hecho de reconocer cual es el nivel y
progresión que puedes dominar completamente antes de pasar al siguiente, e
incluso, en ocasiones el tener que usar una versión más sencilla o menos
exigente para tu cuerpo.
Esto representa un verdadero desarrollo
cognitivo dentro de la persona, y, como mencione anteriormente, algunos lo
aprendemos de la peor manera, tras lesionarse intentando “avanzar” más rápido
de lo que nuestro cuerpo puede hacerlo.
¿Pero…
esto, en la práctica física, no sería como mantenernos en nuestra zona de
confort?
Es sencillo que a veces nosotros como practicantes,
e incluso algunos profesores, con la visión de querer ver a todos sus alumnos
realizando impresionantes posiciones corporales lo más rápido posible, tengamos
una manera de pensar que nos incita a constantemente desafiar nuestros límites,
a ignorar nuestro dolor o sensaciones corporales, a dominar el cuerpo con la
mente, y aunque esto no es intrínsecamente malo, la aplicación puede no ser la
mejor.
Cuando hablamos de progresar en el yoga,
podemos referirnos a un progreso más pequeño y constante, es decir, en lugar de
tratar de pararnos de manos en 1 semana dando saltos únicamente, podemos
realizar un plan de entrenamiento de 1 año, donde vayamos ajustando y
progresando poco a poco todos los puntos importantes que se ocupan en esta
posición, desde la movilidad articular, la fuerza muscular, el desarrollo de
balance, etc, etc.
Entonces, esto no quiere decir que nos
quedemos en nuestra zona de confort, sino que vamos avanzando poco a poco y de
manera constante, de forma que visto desde afuera, quizás podría parecer que
estamos aun allí, pero si nosotros observamos nuestro camino, podremos
reconocer nuestros avances tanto físicos, como con respecto al desarrollo de
nuestra conciencia corporal.
Nuevamente, esto no quiere decir que no hay
que tener una posición avanzada como nuestro objetivo, sino que hay que
reconocer el camino necesario para llegar a ella, para esto, la experiencia y
el conocimiento de nuestros instructores es clave, y esto a su vez depende de
su preparación, es por esto que hay que saber cual es la experiencia que tiene
nuestro instructor o instructora cuando nos esté guiando en alguna variación
avanzada, si vemos que domina varias progresiones de la posición, o si sabe
cómo desbaratar la postura en diferentes ejercicios preparatorios que se
adapten a nosotros, entonces sabremos que estamos en buenas manos.
En caso de que nuestro instructor nos llegue a
indicar que pasemos de una postura base a una postura avanzada directamente sin
ninguna progresión intermedia, sería bueno que le hiciéramos caso a nuestro
maestro interior, y reconozcamos nuestras posibilidades corporales en ese
momento.
Para concluir este punto con respecto a
avanzar físicamente en la práctica lo podemos sintetizar en 3 puntos:
1.- Avanzar físicamente puede ser con
cualquier pequeño cambio que haga un poco más desafiante la postura, esto es
llamado Progresión.
2.- Es más importante reconocer los limites y
el nivel adecuado de trabajo de nuestro cuerpo, no solo para progresar
fisicamente sino también para evitar una lesión.
3.- Preguntale a tu instructor diferentes
ejercicios o maneras de progresar un ejercicio, y dependiendo de lo que te haga
falta (fuerza, flexibilidad, movilidad, estabilidad) desarrollen un plan de
progresiones para alcanzar el objetivo.
¿Qué es
avanzar en el yoga?
Algo interesante, es que el Yoga no es únicamente un ejercicio atlético, sino que se
podría denominar como un sistema de desarrollo integral u holístico, un tipo de
práctica psicofísica donde se busca desarrollar tanto la mente, el cuerpo y la
conciencia/espíritu.
Esto quiere decir, que una persona realmente
avanzada en el Yoga no forzosamente será alguien que pueda realizar grandes
proezas físicas, sino alguien que ha desarrollado su conciencia personal y
corporal, por lo que, una persona que es capaz de conocerse, entender sus
límites y posibilidades, ser consciente de sus prioridades, necesidades,
miedos, carencias, incluso aunque sólo domine una sola postura física, como
estar sentados en postura fácil (sukhasana), podría ser el o la alumna más avanzada en el Yoga de todo nuestro
salón.
Recordemos, Yoga es una disciplina que busca
desarrollar todos los cuerpos del ser humano, y utiliza, en muchos casos,
herramientas de movimiento físico para este fin, y aunque volvernos más
funcionales, fuertes y flexibles, es un beneficio adicional a la práctica, no
forzosamente representa el avance en la misma, sin embargo, si estas ganancias físicas, van a
acompañadas de mayor conciencia y conexión con nosotros mismos, entonces,
estaremos hablando de un verdadero avance en la práctica.
Seremos entonces, un poco más avanzados en el
Yoga que el día de ayer.
...
Analizando algunas maneras comunes y populares
en como se indican las posturas, entre diversos maestros, estilos y escuelas,
me he percatado de algo muy particular. Casi todos dan una indicación de hacer
una retroversión pélvica al hacer algunas posturas, especialmente las posturas
de extensión axial como la postura de montaña (Tadasana).
Dentro del argot de la instrucción de las yoga
asanas, se ha indicado este movimiento con la finalidad de ayudar a colocar la
columna en una mejor posición, o mejor dicho, de alinear la columna, para que
pueda efectuar de manera más eficiente la mayoría de los movimientos con menos
riesgo de lesión.
Incluso, es común que los mismos profesores
usen un gesto con sus manos, colocando una por delante de la pelvis y otra por
detrás, y generen este movimiento de retroversión, mostrándole a los alumnos
como se hace.
Pero, ¿esto es así? ¿De verdad la retroversión
pélvica es una indicación segura y adecuada? Hablemos al respecto.
Primero
que nada, debemos entender a que se refiere la retroversión de la pelvis.
Si imaginamos a la pelvis como si fuera un
balde con agua, podemos notar que si inclinamos un poco hacia adelante o hacia
atrás la parte de arriba, el agua que se contiene dentro del balde se podría
tirar.
Cuando nosotros inclinamos el balde hacia
adelante, es decir, que la parte superior del balde se incline hacia enfrente,
estamos hablando de una Anteversión.
Caso contrario, si el balde se inclina hacia
atrás, para que la parte superior del balde se incline hacia atrás, estamos
hablando de una Retroversión.
Y finalmente, cuando la parte superior del
balde está apuntando hacia arriba, y el agua se mantiene dentro sin problema,
estamos hablando de una posición Neutral.
Hasta aquí, podemos entender que esto solo nos
habla del movimiento de la pelvis, pero hay que recordar que la pelvis no se
encuentra flotando en el espacio dentro de nosotros, sino que está conectada a
otras dos estructuras, primero, y la más importante, por arriba está conectada
directamente con la columna vertebral, y segundo, por abajo, está conectada con
la cadera.
Y,
¿esto cómo afecta a la retroversión de la pelvis?
Pues en todo, ya que en realidad, la
retroversión de la pelvis no es un movimiento que ocurra en la pelvis, es un
movimiento que ocurre desde la cadera y la columna lumbar. Y entender esto nos
puede ayudar a entender porque no siempre la retroversión es útil, o incluso
segura en la práctica de las asanas.
Volvamos a observar la pelvis y su conexión
con la columna, como mencionamos anteriormente, la retroversión y anteversión
de la pelvis son más bien un movimiento que afecta a la columna lumbar, ya que
cuando nosotros extendemos la columna lumbar, notaremos como la parte superior
de la pelvis se inclina hacia adelante, es decir, realiza una anteversión, y de
la misma forma, si nosotros flexionamos la columna lumbar hasta el punto de
rectificarla (que en general es su máximo rango de flexión) notaremos como la
columna entra en una Retroversión.
Aquí es donde surge todo el debate al respecto
si la indicación de “realizar una retroversión pélvica” es adecuada o no, ya
que, lejos de colocar a la columna vertebral en una posición neutral donde
todas sus curvas puedan distribuir adecuadamente el peso de los movimientos o
ejercicios que realicemos, coloca a las vértebras en una posición donde el peso
se concentrará de manera anormal, proyectando los discos intervertebrales hacia
atrás y disminuyendo la capacidad de
aplicar fuerza en esta zona sin lesionar.
Pero
entonces, si la retroversión pélvica no es la más adecuada, ¿por qué se indica
tanto? O incluso, ¿por qué se enseña de esa manera en las diversas
certificaciones?
Podríamos decir que es una indicación bien
intencionada pero no tan bien aplicada, como vimos anteriormente, la mejor
posición de la columna para poder aplicar fuerza y distribuirla apropiadamente
a lo largo de las vértebras, es la posición neutral.
Es posible que la indicación surgió
originalmente con la intención de ayudar a los alumnos a neutralizar su
columna, particularmente en alumnos que tienen mucha hiperlordosis, o que
tienen mucha debilidad en los músculos abdominales, ya que esto les podría
ayudar a acercarse a la posición neutral de la pelvis.
Pero aquí está el problema, lo que queremos es
que se neutralice la pelvis, no que entre en retroversión, entonces, aunque el
movimiento efectivamente simula una retroversión, la indicación debería ser
clara en el sentido de lo que se busca es que se coloque la pelvis y la columna
en una posición neutral, ideal para poder realizar cualquier movimiento que
parta desde allí.
Algunos alumnos son capaces de realizar una
retroversión al máximo cada que el profesor lo indica, y con esto, su columna
queda en rectificación, y lo que es peor, muchas veces incluso se relajan los
músculos que están alrededor de la pelvis y la columna dándole aún menos
estabilidad a la postura y colapsando más peso hacia las vértebras.
Para entender mejor porque la retroversión no
es la posición más indicada para nuestra columna, podríamos analizar nuevamente
lo que ocurre cuando la pelvis está en retroversión e intentamos inclinarnos
hacia adelante, como por ejemplo en uttanasana o paschimottanasana, en estas
posiciones, al mantener la pelvis en retroversión, la columna vertebral es la
que debe intentar flexionarse porque la pelvis ya está en su máxima capacidad
de movimiento (especialmente si atoramos las rodillas con las piernas
extendidas), esto termina generando que la mayor cantidad de peso se concentre
en las vértebras lumbares y por lo tanto termine generando mayor torque y
presión sobre los discos intervertebrales y los ligamentos.
Quizás, en una sola ocasión que ocurra esto,
no debería representar un mayor problema, pero si se empieza a entrenar a la
persona en que esta es la forma correcta, o más eficiente de moverse, podríamos
terminar generando una probabilidad más alta de que se lastime por la poca
eficiencia que esta posición nos ofrece a nivel biomecánico.
En cambio, si intentamos entrenarnos para entender
la posición neutral de la pelvis, y que mientras más neutral este la pelvis, la
columna también tendrá mayor neutralidad, podríamos mejorar la longevidad de
las articulaciones y de la práctica misma.
Esto en muchas ocasiones representa el tener
que ir un poco fuera de las indicaciones “clásicas”, y permitir que se
flexionen un poco o un mucho las rodillas en lugar de tratar de extenderlas,
haciendo entonces que el isquiotibial jale de los isquiones de la pelvis y
favoreciendo la retroversión.
Al final,
el secreto está en los músculos.
Si tratamos de sintetizar lo que está indicado
intentando, más allá de lograr una “figura” con el cuerpo, es la de estabilizar
y neutralizar la pelvis y la columna para mejorar su funcionalidad durante los
movimientos.
Cuando enfocamos la indicación en las
articulaciones, es común que solo tratemos de alcanzar la “forma” o la “figura”
que nos ofrece el instructor, muchas veces sin apenas activar los músculos, lo
cual termina siendo una especie de desperdicio de tiempo y esfuerzo con
respecto a mejorar la columna.
Entonces, si de verdad queremos mejorar
nuestra postura, y fortalecernos para la vida cotidiana, lo más recomendable es
empezar a hablar muscularmente.
En lugar de decir: Neutralicen la pelvis,
podemos indicar: Contraigan sus glúteos, su abdomen y su espalda al mismo
tiempo, esta acción, al ser indicaciones musculares, permiten que el alumno
realmente fortalezca los músculos que mantienen su posición neutral, y lo que
es mejor, pueden corregir no solamente a las personas que tienen una
anteversión pélvica, sino incluso a los que llegan a la clase con una
Retroversión.
También, para algunos alumnos, es más sencillo
reconocer cuales son sus músculos de los glúteos, abdomen y espalda, que
visualizar qué es y hasta donde su pelvis.
Entonces, algunos consejos prácticos aquí,
para instructores y practicantes sería:
1.- Busquen neutralizar la columna y la pelvis
al inicio de las posturas.
2.- Enfóquese más en la activación muscular
necesaria que simplemente en llevar a una articulación a una posición
particular.
3.- Permitanse flexionar las rodillas todo lo
que sea necesario para que su pelvis y su columna estén neutrales, recuerden
que primero debemos asegurar la posición de la columna antes que otras
articulaciones.
En próximos artículos continuaremos analizando
algunas indicaciones clásicas desde el punto de vista de la biomecánica, y como
podríamos optimizarlas para nuestra práctica.
Saludos!
Por: Elías Vázquez
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